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lunes, 6 de diciembre de 2010

COMO LLEVARTE BIEN CON TU JEFE...

En toda situación en la que exista un sistema jerárquico, va a existir una serie de dificultades que pueden provocar revueltas o enfrentamientos con sus correspondientes consecuencias negativas para ambas partes.
Estamos hablando de comunicaciones entre jefes y empleados, donde el mayor problema habitualmente es las diferencias de necesidades entre unos y otros. En las empresas actuales cada vez se exige más involucración por parte del trabajador, más dedicación y más motivación hacia los resultados de la empresa.
Por otro lado, el trabajador echa de menos el interés por sus propias necesidades y el trato más humano. Los problemas ocasionados por la falta de entendimiento van a desembocar en un ambiente laboral cargado de tensión, donde la comunicación es muy forzada y donde los objetivos de ambas partes se ven truncados.

Van a aparecer situaciones de enfrentamiento en las que llevas todas las de perder:

Problemas de entendimiento
Si la relación con tu jefe no es la apropiada te encontraras con problemas a la hora de transmitir ideas nuevas, existirán dificultades en la asimilación de conceptos, no habrá una buena empatía, lo cuál provocará serios problemas de entendimiento.
El no conocimiento del otro, de sus pretensiones y de su trabajo provocará muchas limitaciones en ambas partes.
Van a aparecer situaciones de enfrentamiento en las que llevas todas las de perder, ya que en la jerarquía tú estas debajo y que duda cabe que primará la decisión de tu jefe por mucho que intentes imponer la tuya. Te crearás mala fama y no se te tendrán en cuenta para futuros proyectos.

La motivación
A nivel psíquico, estas dificultades van a provocar una baja en la motivación por el trabajo, repercutiendo en la frecuencia y calidad del trabajo desempeñado, al igual que se produce un desapego de la empresa y un desinterés por la obtención de objetivos.
La negatividad vivida día a día durante 8 horas mínimo provocarán en la persona una sintomatología que ya todos conocemos: desde problemas de estrés, sueño o alimentación, hasta ansiedad, depresión o problemas físicos derivados de mantener la presión.
Si esto es de dominio público y la sensación del resto es afín a la tuya provocaréis un ambiente laboral inestable, con altas y bajas laborales y perjudicando a personas que puedan estar contentas con su puesto de trabajo, ten en cuenta que no todos tenemos las mismas prioridades o metas.
El mismo ambiente puede ser vivido por tu compañero como ideal, con lo cuál no trates de provocar negatividad , ni crearte aliados, solo muestra tu descontento personal y si existe algún aliado ya aparecerá.

¿Ambiente tenso?
En un ambiente tenso, el jefe se dedicará a imponer sus necesidades sin tener en cuenta la de los demás, con lo cuál lo prioritario será la empresa y la obtención de sus objetivos anuales, no importan los problemas individuales y los descontentos. Una vez creado este clima, es difícil conseguir comprensión o negociación, ten en cuenta que tú mismo has ayudado a generarlo con tus críticas, enfrentamientos, desacuerdos, etc.
Para conseguir que esto no ocurra será importante poseer una forma de comunicación que ayude a la negociación, desde luego, deja de lado las críticas a la empresa y las discusiones, solo sirven para poner a la defensiva a la otra parte y para echarte tierra encima. Intenta ser conciliador y quejarte de los problemas pero sin atacar ni criticar a la organización empresarial o a los jefes, ten en cuenta que son ellos lo que organizan, lo vivirán como un ataque personal.

Participa en las ideas y en los proyectos
Desde el momento en que entras a formar parte de una organización, tu papel es uno más y tu función está limitada a una serie de tareas, por lo tanto tu implicación en ellas y los resultados dependen de ti y del equipo en el que te integres. Cuando tengas problemas para desarrollarlas, haz una queja exponiendo claramente cuales son las dificultades, qué es lo que no funciona y qué deberíamos cambiar. Propón ideas nuevas pero no impongas, esa es la función de otros.
Tu papel es intentar mejorar pero recuerda que estás limitado y que es el jefe el que decide, cuantas más ideas propongas, más oportunidades tendrás de que se concluya algo que a ti te interesa.
Si no participas en la negociación, no propones ideas y sólo te quejas de los problemas, provocarás un clima negativo que te repercutirá negativamente. Los jefes tendrán siempre en cuenta a la persona que aporta ideas, colabora, es comunicativa y se preocupa por los resultados, valorarán sus críticas y las tendrán en cuenta; el que sólo se queja es un punto negativo a erradicar.
Aprende a aceptar las nuevas propuestas con humildad y tranquilidad, a priori todo vale aunque tú sepas que es inviable no lo critiques desde el principio, ponlo en práctica durante un tiempo, después tendrás la posibilidad de argumentar y quejarte de los problemas ocasionados y los demás (superiores) atenderán tus quejas con atención, ya que has tenido un tiempo de prueba. Si lo haces desde un principio creerán que lo haces por quejarte, por costumbre y sin pruebas, ni argumentos.

Siempre sé tu mismo
Para generar un buen clima laboral entre jefes y empleados no cabe duda que el trabajo es a un 50% repartido entre ambos. Por parte del jefe no podemos hacer nada, él es el que tendrá que comportarse de manera adecuada. Desde el lado del empleado podrás tener una buena comunicación si te expresar con claridad y sin tapujos, expones tus ideas con pruebas y argumentos, evitas criticar a la empresa o a los que la forman. Sé humilde y deja una puerta abierta ante un posible error, tal vez estés equivocado y los demás tengan que hacértelo ver.
En los momentos de relax, sé tu mismo, deja al lado los problemas laborales y muéstrate como eres.
En cenas o celebraciones con compañeros de la empresa o con jefes habla de tus cosas para que conozcan algo más de ti y si estás pasando por un problema importante no dudes en comunicarlo a la empresa. El ambiente laboral presionando unido a los problemas externos podrán contigo, solicita días libres si los necesitas, así conseguirás humanizar tu relación con tus superiores.
Si se te está exigiendo más de lo que puedes dar, exponlo sin más y reparte responsabilidades siempre que puedas, nada es inamovible, si no estás cómodo intenta mejorar, propón tus ideas de cambio y espera a que sean analizadas.
Por supuesto, que no todas las empresas ayudan en la comunicación jefe-empleado, si el ambiente es tan hostil que no propicia la buena comunicación ni el entendimiento, si no se valoran las ideas de los empleados y sólo se buscan objetivos tal vez sea el momento de hacer un cambio radical.

Fuente: Terra Mujer / Vicenta Sanz Herrero. Psicóloga clínica

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